Tener sobrepeso puede afectar los prospectos de carrera de una mujer, dice un nuevo estudio.
Las mujeres con sobrepeso son uno de los sectores poblacionales que más discriminación sufren en el trabajo.
Recientemente, el sitio de trabajo Fairygodboss llevó a cabo una encuesta entre 500 reclutadores profesionales a quienes se les mostró la imagen de una mujer con sobrepeso y se les preguntó si estarían dispuestos a contratarla. Sorprendentemente, solo el 15.6% de los reclutadores dijo que lo haría. No solo eso, sino que además uno de cada cinco reclutadores se refirió a la mujer como “floja” y otro 21% la describió como “poco profesional”.
Esto resulta perturbador para muchas mujeres que forman parte de la fuerza laboral de sus países. Por ejemplo, en Estados Unidos, donde la obesidad y el sobrepeso son problemas de salud pública importantes, se estima que cuatro de cada diez mujeres en edad adulta, es decir, el 38.3% de las mujeres sufren de obesidad. Estos datos no consideran a las mujeres que sufren de sobrepeso, lo que resulta en un panorama en donde dos de cada tres mujeres estadounidenses tienen algún grado de sobrepeso u obesidad. En comparación, el porcentaje de hombres que sufren obesidad es del 34.3%.
“Existen décadas de evidencia de investigación que demuestran el prejuicio que existe en temas como el peso de las mujeres dentro del contexto laboral. Lo que vemos es que éste influencia positiva o negativamente prácticamente en todos los niveles del proceso de selección y contratación”, dijo la doctora Rebecca Puhl, directora suplente del Rudd Center for Food Policy & Obesity de la Universidad de Connecticut. “La discriminación ligada al sobrepeso es prevalente y hasta cierto punto, socialmente aceptable”, añadió Puhl.
“Los estándares en cuanto a la apariencia física son aún más estrictos para las mujeres que para los hombres. Es mucho más probable que a una mujer se le evalúe incluso su físico al postularse a una vacante” dijo el doctor Kelly Brownell, decano de la Sanford School of Public Policy de la Universidad Duke. Esto, explicó, complica el panorama para las mujeres con sobrepeso u obesidad pues no solo tienen que luchar por un puesto sino también contra los prejuicios de los reclutadores en contra de ellas.
La locutora de radio Shavonne Patrice Owens, de 37 años de edad, declaró haber experimentado discriminación cuando aplicó para un puesto en una guardería en Huntsville, Alabama, hace dos años. A pesar de estar perfectamente calificada para el empleo Owens dijo que una conocida, que trabajaba en la guardería en cuestión en ese momento, le comentó que la razón por la que no había sido considerada para la posición fue su peso.
“Extraoficialmente, la razón por la que no me contrataron fue porque era muy grande”, dijo Owens al sitio de internet Moneyish.
Owens, quien al momento de la entrevista pesaba 238 kilos y medía 1.79 metros, dijo que el incidente en la guardería “me dolió en ese instante y solo por un momento… sé bien quién soy y acepto que mi peso me ha detenido de varias cosas.” Viendo hacia atrás, declaró haber perdido varias oportunidades laborales (como trabajos en ventas que hubieran requerido que estuviera de pie por largos periodos de tiempo) y ella sospecha que todo fue por su peso.
“Soy una chica grande, pero no soy floja… [las personas con sobrepeso] somos humanos, no animales. Realmente espero que en el futuro esto pueda cambiar, y quienes entrevistan y contratan personal, se den cuenta que también somos humanos.”
Puhl agregó que hay muchas razones por las que una persona puede sufrir de sobrepeso –y asumir que se debe a que la persona es floja no tiene ningún sentido.
“Se trata de una noción ingenua que se basa en la idea de que el cuerpo de una persona indica sus hábitos de salud. Hay muchas personas cuyos IMCs los ubican como con sobrepeso y aun así son más sanos que otros individuos con IMCs más bajos”, dijo Puhl. “Uno no puede saber a ciencia cierta si un candidato abusa de alguna sustancia o fuma mariguana; no podemos conocer sus hábitos de descanso o su nivel de sedentarismo”, declaró Puhl, y sin embargo, los jefes de reclutamiento suelen ignorar rutinariamente todas esas posibilidades y se enfocan específicamente en el físico de los candidatos
Tener sobrepeso u obesidad no solo hace que el proceso de conseguir un trabajo sea más difícil para estas mujeres, sino que también puede mermar su potencial adquisitivo. Un estudio del 2010 publicado por el Journal of Applied Psychology encontró que las mujeres con sobrepeso ganan hasta $19,000 dólares anuales menos que sus colegas de “peso promedio” mientras que las mujeres delgadas o muy delgadas ganan unos dramáticos $22,000 dólares más al año. Incluso se comprobó que si una mujer ganaba hasta 11 kilos extras de peso, su salario anual se disminuía hasta $14,000 dólares al año.
Los expertos dicen que la discriminación laboral relacionada al peso pasa desapercibida principalmente debido a la falta de leyes que protejan a las personas con sobrepeso y obesidad de esta clase de prejuicios. “El peso no es un estatus protegido por las leyes estatales” declaró el abogado en materia laboral Jon Stage de la firma de abogados Hodkin Stage Ward del sur de la Florida. “Hasta que se aprueben nuevas leyes de protección a nivel local, estatal y federal, las personas con sobrepeso y obesidad aún tienen un largo camino por delante.»